El calor que sufrimos en verano, especialmente en algunas zonas, y los días de sopor que pasamos, son aún más difíciles para las mujeres que en esta etapa están atravesando la menopausia. Una etapa complicada que cuenta con los sofocos como uno de los síntomas más molestos.
Se trata de una sensación que se incrementa de manera exponencial durante los meses de verano u otros factores como la ingesta de bebidas calientes, con alcohol o cafeína, pudiendo llegar a afectar de manera significativa a la vida cotidiana de las mujeres que la sufren.
Síntomas de la menopausia
los sofocos comienzan como una repentina sensación de calor en la parte superior del pecho y la cara, que posteriormente se extiende por todo el cuerpo. Suelen tener una duración de entre dos y cuatro minutos.
Lo habitual es que se produzcan durante la noche, provocando que la mujer que los sufre se despierte con frecuencia y le cueste conciliar el sueño. Sobre todo en los meses de verano, donde ya de por si molesta el calor que hace durante la noche para dormir.
La consecuencia de estos sofocos es que muchas mujeres desarrollan otro tipo de problemas como la irritabilidad, fatiga, cambios de humor o dificultad para concentrarse en una tarea concreta.
De momento, el tratamiento que ha resultado más eficaz con los sofocos de la menopausia es la terapia hormonal sustitutiva. Un tratamiento con estrógeno que además de ayudar a prevenir la aparición de los dichosos sofocos puede mejorar la calidad del sueño.
Hay una serie de recomendaciones útiles que pueden ayudar en caso de aparición de la menopausia. Como evitar las bebidas calientes, como pueden ser el café o el té, ponerse una toalla fría y húmeda en el cuello durante el transcurso de los sofocos o alejarse del hábito de fumar.